Superando el pasado Parte 1 - PERDONAR

Antes de comenzar a leer, te recomiendo que repases En el muelle del pasado, la introducción de esta serie de artículos. En aquel escrito, recomendábamos cuatro principios para superar el pasado: Perdonar, avanzar sin mirar atrás, ser práctico y el Amor de Cristo como el mejor remedio para sanar. En este texto, veremos el primero: PERDONAR. Seguramente hay otros principios para sumar. Como siempre, te animo a que nos escribas y hagas tus aportes. Otro dato a tener en cuenta es que no es la intención abarcar toda la temática del perdón en un solo post. Aclaro esto porque muchos me escriben diciendo "por que no dijiste esto" o "por que no citaste este versículo" Léanlo como otro granito de arena que puede ayudar a encontrar el camino de la recuperación.

Sin perdón no superaremos el pasado. Seamos sinceros con nosotros mismos puesto que Dios ya conoce nuestro corazón. Perdonamos o no (leer Salmo 139:1-6) Sin dudas, para superar el pasado debemos perdonar.

¿Que hacer con una persona que jugó con mis sentimientos? ¿Como perdonar a mi papá por habernos abandonado? ¿De que manera superar que me hayan dejado meses antes de la boda? ¿Como perdono el engaño en la pareja? ¿Como olvido al que me acosó o violó sexualmente? Etc.

Según el diccionario, perdonar significa "no tener en cuenta la ofensa o falta que me han cometido" Jesús dijo en Lucas 23:34 "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen" Esta frase es muy fuerte. Pensemos en esto, Jesús estaba siendo crucificado, escupido, golpeado, insultado, etc. Decir, "Señor no les tengas en cuenta esto que me están haciendo porque no saben lo que hacen" insisto, es muy fuerte.
Vamos a ser recurrentes en esto: si no perdonamos (personas, circunstancias, carencias, ausencias, frustraciones, fracasos, desilusiones, dolores etc.) no podremos superar el pasado. Con el correr de los años, la mochila de la amargura se hará más pesada y difícil de llevar.

El primer paso para perdonar es querer perdonar. Parece sencillo ¿Verdad? Pero hay personas que viven atadas a la falta de perdón a tal punto que ese estado se ha hecho uno con ellos, algo cotidiano. El amargo sabor de la falta de perdón. Corazones que pregonan "alguien debería hacer justicia, ¡me lastimó!" "¿Cuando pagará por lo que me hizo?" Evidencias de un corazón herido, carente de perdón. Entiendo perfectamente esta circunstancia. Hace unos años me encontraba de novio y con el correr de los meses la relación se vino a pique. El odio no tardó en llegar hasta que una amiga, Lorena, me dijo: "Deberías orar por ella para que Dios la bendiga" ¡¿Que?! El único motivo de oración sería para que le caiga fuego del cielo y la consuma. Era evidente mi falta de perdón. Tenía muy pocas ganas pero hice caso al consejo. ¡Fue liberador! Uno de los mejores consejos que recibí en la vida. Pero también conozco personas que se han casado sin perdonar a sus ex parejas por haberlas abandonado, increíble pero real, ¡muy triste!

Hoy quiero darte el mismo consejo que me brindó Lore, ora por las personas que te lastimaron y perdona, aunque no lo sientas. Con el tiempo, la herida comienza a sanar. Lo digo por experiencia. Cada uno decide. Perdonar o seguir atado al pasado ¿Cual es tu decisión? 

Perdonar no es algo que se siente. Es una decisión. Debemos perdonar porque es un mandato de Dios y punto. "Pero, cuando estén orando, primero perdonen a todo aquel contra quien guarden rencor, para que su Padre que está en el cielo también les perdone a ustedes sus pecados" (Marcos 11:25 NTV) En este pasaje, la palabra "perdonen" se traduce del idioma original en el que fue escrita la Biblia como "abandonar" o "dejar ir" ¡Ha llegado el momento! Hoy es el día para que dejes ir ese rencor.  No te está haciendo bien, te estas lastimando. No podés avanzar. Te desafío a que sigas el consejo de Jesús: ¡perdona!

En el artículo En el muelle del pasado les contaba que el perdón es el corazón del Evangelio. Nuestro Señor, nos perdonó sin que lo merezcamos. La Biblia dice que siendo aún pecadores, Jesucristo murió por nosotros (leer Romanos 5:8) ¡Eso es perdón! Más aún, nuestro Salvador se encuentra frente al Padre diciendo "Yo morí por Emanuel y mi sangre derramada en la cruz lo hace libre aunque no lo merezca" (leer 1 Juan 2:1) La pregunta es: Si somos perdonados por Dios sin merecerlo, ¿Quienes somos nosotros para no perdonar? ¡Hoy es el día para hacerlo! 

El corazón de Dios es perdonador. Nuestro corazón debe ser igual. ¿Es fácil? No lo es. ¿Cuesta? ¡Cuesta horrores! Esto es para valientes. 

¿Perdonar es olvidar lo que me han hecho? No, pero al tomar la decisión experimentamos libertad. Guardaremos el hecho, lo que nos sucedió, pero ya no habrá odio ni rencor. Recordemos el caso de José: "Ustedes se propusieron hacerme mal, pero Dios dispuso todo para bien. Él me puso en este cargo para que yo pudiera salvar la vida de muchas personas" (Génesis 50:20) ¡Dios tiene todo planeado! ¿Lo podés creer con todo tu corazón? Si, a veces el dolor es muy grande, te entiendo. Espero que cuando vos termines de leer y yo de escribir, seamos valientes y perdonemos.

No pidas justicia ni venganza, eso te llena de rencor. Dios es Justo, y Su Justicia no tardará en llegar (leer Salmo 11:7, Romanos 12:19) Volvamos al principio, oremos por las personas que nos lastimaron. Intercedamos por quienes nos usaron, pidamos que no se les tenga en cuenta la ofensa como hizo nuestro Señor frente a quienes lo estaban crucificando. El Espíritu de Cristo se mueve en un corazón que perdona y la sanidad completa no puede tardar. Cuando nos decidimos, ser libres del pasado es casi un hecho. Tomar la determinación de perdonar, significa alinearse a los Propósitos de Dios y la vida que El planeó para cada uno de nosotros. Si vivimos de esta manera, el Consolador, el Espíritu Santo, quien habita en nuestro corazón, ¿Nos ayudará a perdonar y ser libres del pasado? Creo que sí.
No se pierdan la segunda parte de esta serie que se titulará: "Superando el pasado Parte 2: AVANZAR SIN MIRAR ATRÁS"

¡Abrazo apretujado! ¡Los quiero!

Facebook Ema Díaz


Artículos recomendados:










No hay comentarios:

Publicar un comentario